miércoles, 6 de febrero de 2013

EL NUEVO PAOLO



Recientemente, tras los abucheos y silbidos propinados contra Amado Boudou yAxel Kicillof, la tropa kirchnerista salió a repudiar las manifestaciones. Se trata ni más ni menos que expresiones a las que el gobierno nos tiene acostumbrados cuando sus funcionarios son puestos en la mira o sus gestiones políticas son cuestionadas. ¿Qué dirán, ahora, cuando quede documentado que el jefe de Ministros es un adicto a la cocaína?
Muchos fantasmas sobrevuelan sobre el oficialismo. Sin embargo, cuando uno sale a la luz, son mil las argumentaciones que se expresan para refutarlas, negarlas y rechazarlas. Ante los casos de corrupción, las faltas a deberes de funcionario público, las causas judiciales contra altos funcionarios, siempre existe una respuesta oficialista que lava la cara al problema e intenta tirar por tierra todo tipo de acusación, tildando al emisor de antidemocrático, mentiroso, intolerante, irrespestuoso y hasta que no quiere ver crecer a la Nación.
Respuestas, expresiones carentes de objetividad. Que sólo esconden un deseo: tratar de salir lo más limpio posible. Pero quien no puede salir limpio y bien parado esta vez es Juan Manuel Abal Medina. Si bien los rumores de pasillos, los comentarios de lectores a pie de página y algunos conocidos del pasado, lo tildaban de ser adicto a sustancias duras, no había pruebas de tales acusaciones.
Sin embargo, como parece que una imagen vale más que mil palabras, aquí está. Abal Medina no sólo se aspira en este acto una línea de cocaína, sino años de gestión política, de responsabilidad, de estudios, de trayectoria. Se aspira a un pueblo que creía que el proyecto del que hablan todo el tiempo, era realmente distinto a los anteriores. Se aspira la ilusión de millones de argentinos que creyeron que hombres como él eran el cambio. Porque mentirosos como estos, para la salud de todos, hay pocos.
¿Ante las decisiones de qué cerebro están expuestas nuestras vidas? ¿Quién vela por nuestra salud cuando insanos como este hombre, son los mayores responsables de la Nación? ¿Qué dirán desde el kirchnerismo cuando sea claro que Abal Medina, como tantos otros, no tienen resto porque ya se lo han aspirado todo?
Seguro saldrán a decir que la imagen es falsa, que está trucada y que es una nueva operación política en contra del gobierno. Por suerte, como decían nuestros abuelos, estamos curados de espanto y esas respuestas no nos sorprenden. A los hechos nos remitimos. Están las palabras de siempre que intentar lavar culpas y están las pruebas que hacen imposible poder volver a creerles.

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